viernes, 4 de septiembre de 2009

El miedo, los nervios, el público y la prensa

Lo peor de hacer un disco es, sin duda, todo lo que le rodea y que no es música.

Cuando te metes en tu estudio de grabación, en el local, en tu cuarto o en donde sea para ponerte a componer las canciones, escribir las letras, tocar y grabar, todo es libertad, sensaciones, sentimientos, energía, sonrisas, tristezas... todo es vida. Ese proceso, que en mi caso a durado dos años a la hora de grabar "El baile", es lo que, sin duda, mueve la música de verdad. Es su impulso, su fuerza, su necesidad.

El miedo recorre la mente a la hora de atreverse a expulsar sentimientos, a plasmar experiencias duras, difíciles, casi vergonzosas. Superar ese miedo es uno de los triunfos de un músico y compositor. Yo lo he intentado a muerte con este disco

Los nervios atacan en los momentos mas inesperados. Se traducen en errores tontos, en flaquezas no deseadas. Superarlos requiere confianza, y el mundo de la música no invita, en estos tiempos, a tener mucha. Ahora soy un manojo de nervios hasta que salga el disco y hagamos el concierto de Madrid.

El público es un factor clave. Sacas el disco y puede que te lo compren cinco gatos o mil. Y eso cambia todo. Haces un concierto y puede que vayan cuatro gatos o se llene. En el primer caso puede que te des a la bebida o a la tristeza total esa misma noche. En el segundo, puede que des saltos de alegría (yo no debería, por mi pierna) o te lances a una noche loca. Pero el público es caprichoso y nunca se ha de pensar en él mas que para ofrecer lo mejor de ti mismo. Si te dejas llevar por lo que crees que les gusta, estás muerto.

La prensa. Caprichosa, amable, ególatra, compañera, cruel, ilustrada, analfabeta, especial, inteligente... casi todos los adjetivos valen para un colectivo absolutamente necesario para bien y para mal. ¿Que no les gustas y pasan de ti o te hunden? Pues a ignorarles. ¿Que te ensalzan, te miman, te piropean? Pues a ignorarles todavía mas. Num9 no es Migala para la prensa. Num9 no es Emak Bakia para la prensa. Afortunadamente, creo que Num9 es ya Num9. ¿Verdad?

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